FIN DEL VERANO
Me tranquiliza ver el quiosco abierto y a la vecina leyendo en su terraza. Que llame al timbre el técnico del ascensor. Me tranquiliza ver a la gente andando por la calle y entrando en los comercios.
Parece que la vida se reanuda tras la árida pausa del verano. Ese tiempo agobiante y lento en que todo parece aletargado. En que muchas de mis plantas agonizan atacadas por plagas invisibles. En que los gatos sueltan marañas de pelos que cubren los sillones y ruedan por los rincones. En que apesta la basura y aparecen siniestras cucarachas en el baño. En que se suda con sólo pasar un paño por los muebles o usar la plancha diez minutos.
Pero ya acaba ese bochorno, y una brisa nueva agita suavemente las hojas de los árboles. Y las familias, que regresan del veraneo, tienden su ropa en las cuerdas antes desnudas.
Por el patio interior vuelven a oírse voces, llegan olores conocidos…
Me ha entrado hambre.
Por la ventana el guisode la vecina.
Desde luego que no es precisamente lencería fina lo que vemos; la realidad siempre es otra; también suele dejarse eso para el regreso... pero de los anuncios televisivos, claro... jajaja
ResponderEliminarGenial lo del técnico del ascensor...
Algunos iniciamos ahora justamente ahora el verano.
Un abrazo,
JL