jueves, 31 de diciembre de 2009

HAIKU


Os deseo un feliz año 2010 y que sea muy generoso con todos vosotros.


Termino el año con un haiku :



Regreso al templo.
Qué lejos la inocencia
del primer rezo.





miércoles, 30 de diciembre de 2009

MURASAKI SHIKIBU (hacia 973-1019)


encuentro inesperado:
cuando me preguntaba
si era él o no era,
la luna se ocultó de repente
por detrás de una nube




domingo, 27 de diciembre de 2009

HAIKU




Creció en un día
el hongo en la maceta.
Murió en un día.






jueves, 24 de diciembre de 2009

CUENTO


Os felicito a todos con este breve cuento infantil, dedicado a los niños que llevamos dentro.


UNA FIESTA DE NARICES

Cuando el Sr. Nariz llegó a casa, olió desde la puerta su asado favorito. "¡Pavo de Nochebuena!", exclamó aspirando profundamente.

La Sra. Narizona salió a recibirle algo irritada por los humos. "¡Vienes todo mojado!", le gritó. "Es que me he resfriado...", contestó él, acercándose a la estufa. "¡Haberte puesto la bufanda!", resopló ella, volviendo a la cocina.

Sonó el timble. Era el abuelo Narizotas, flaco y encorvado, con un enorme gorro de Papá Noel. "¡Qué bien huele!", dijo con voz gangosa y luego estornudó: "Atchííísss...!". "¡Ya está el abuelo con las alergias!", murmuró la Sra. Narizona, secándose la cara con el delantal.

El siguiente en llegar fue el joven Napia, con la piel llena de granos. "¡No te has puesto la pomada del acné!", le reprochó su madre mientras servía la cena sobre un mantel almidonado.

"¡Esto está de narices!", declaró el Sr. Nariz, abriendo las aletas glotonamente.

"¡Qué aroma!", exclamó Napia, inclinándose sobre el plato.

"¡Y qué buena está la sopa!", dijo el abuelo. "¡Atchííísss...!"

"¡No sorbas!", le gritó la Sra. Narizona. "¡Usa el pañuelo!"

Al descorchar el champán, el joven Napia comenzó a reír. "¡Huy, me hace cosquillas!". Todos rieron divertidos y brindaron rojos como pimientos.

Por fin llegó el momento de los regalos: montones de cajas de pañuelos grandes, pequeños, blancos, de colores, húmedos, secos, mentolados... Y un vaporizador para el abuelo.

Cantaron villancicos y, al terminar al fiesta, el joven Napia se fue a visitar a su amiga Naricilla, recién operada, dejando a los tres pares de narices roncando ante la tele.


martes, 22 de diciembre de 2009

ONO NO KOMACHI (S. IX)



el color de las flores
se va desvaneciendo:
así pasa mi vida, vanamente,
envuelta en tristes pensamientos,
viendo caer las largas lluvias



(de: Cien poetas, cien poemas - Hyakunin Isshu -Edit. Hiperión)

sábado, 19 de diciembre de 2009

HAIKU




Luz de la tarde.
En el viejo sillón
nadie se sienta.




miércoles, 16 de diciembre de 2009

HAIKU


En mi balcón,
recogido jardín,
soy flor, soy pájaro.

martes, 15 de diciembre de 2009

TANKA


Poco dinero.
Entro en la pequeña
verdulería.
Las naranjas baratas
alumbrarán la mesa.

sábado, 12 de diciembre de 2009

HAIKU





Entre los juncos
al fondo del barranco,
un borboteo.


jueves, 10 de diciembre de 2009

HAIKU



Surcos y cañas.
Un huertecito en medio
de la ciudad.

martes, 8 de diciembre de 2009

MANTIS



¿Por qué acepto más al lagarto,
desnudo sobre el muro,
que a la siniestra mantis disfrazada?

Tal vez porque me asusta
que una tierna ramita de hojas verdes
resulte ser, de pronto,
un extraño animal que observa el mundo
con dilatados ojos, semejantes
a gotas de rocío.

Que una hoja caída en la maleza
enmascare sus patas espinosas
con la luz inocente del otoño,
para atrapar la vida y devorarla
en su mortal abrazo.

domingo, 6 de diciembre de 2009

CHIYO (1701-1775)


A quien la corta
le otorga su perfume:
flor del ciruelo.


(de Jaikus inmortales - Traduc. Antonio Cabezas - Editorial Hiperión)


viernes, 4 de diciembre de 2009

VIENA: EL TERCER DÍA


Viena brillaba espléndida en Noviembre. Por todas partes sus árboles dorados acompañaban mis paseos por amplias avenidas, brumosos jardines, bosques de leyenda. Era mi primer viaje en solitario, un reto que me había planteado a mí misma y que estaba cumpliendo, a pesar de sentirme a veces asaltada por una intensa sensación de inseguridad.

Había escogido Viena seducida por las imágenes de "El tercer hombre", como si pudiese internarme en la inquietante atmósfera de la película y descubrir a Orson Wells semioculto por la sombra de un portal, con un gato acurrucado a sus pies.

Aprendí a conocer Viena paso a paso, evitando subir a los ligeros tranvías que circulan por el Ring, prefiriendo el contacto de sus duros adoquines bajo mis pies, el aire misterioso de sus calles, con sus cafés acristalados brillando en cualquier esquina, donde solía detenerme a tomar un té acompañado de exquisita tarta de manzana. Cafés de elegante decadencia, en los que suenan suaves melodías interpretadas al violín y al piano, en medio de discretas conversaciones.

El tercer día de mi estancia era domingo. Tras mi paseo habitual, esta vez visitando el espectacular Museo de Ciencias Naturales, donde me sentí transportada al remoto pasado, acudí al Café Central, que encontré cerrado.

No podía, pues, despedirme de la tarta de manzana ni del grato bienestar de su interior. Opté por otro pequeño bar en la Herrengasse (así se llama la calle), donde sonaba música estridente y un grupo de hombres de aspecto rudo e informal charlaban en torno a una barra. Aunque dudé al principio, me decidí a entrar para celebrar mi despedida de Viena con un vino del Rin. Me senté en una mesa apartada del grupo y una joven camarera me sirvió una copa de vino frío con una sonrisa. Algo cohibida, saqué mi pequeño cuaderno y me puse a relatar por escrito mi experiencia de aquel momento. Me sentía observada, pero al rato los hombres ocuparon una gran mesa alejada de la mía, donde comenzaron a brindar y reír ruidosamente. Sonó entonces un alegre vals y ante mí aparecieron dos de aquellos hombres que, con un gesto galante, me invitaron a bailar. La camarera contemplaba la escena desde el mostrador, junto a otra mujer que parecía ser la dueña. En estos casos, suelo ser más atrevida de lo que aparento y decidí aceptar la invitación. Me levanté y bailé enlazada por los brazos de aquellos hombretones, ante las sonoras exclamaciones de sus compañeros. Al terminar la pieza, me devolvieron a mi mesa y se despidieron con una sonrisa. Todo sucedió en silencio, al no conocer yo su idioma.

La camarera entonces se acercó con un platito de dulces caseros, diciendo en inglés que me lo ofrecían aquellos hombres que, añadió, estaban celebrando la Navidad. "¿La Navidad en noviembre?", pregunté. Ella me explicó que eran barreneros de Viena y que, al no poder coincidir en Navidad por sus turnos de trabajo, habían decidido celebrarla por adelantado.

Salí del bar asombrada y alegre, con un paquete de dulces envueltos en papel de plata, "pasteles elaborados por ellos mismos", según me informó la camarera.

Al acercarme a la Ópera por las oscuras calles solitarias, tuve la segunda sorpresa de la tarde. Había renunciado a asistir a los conciertos, pensando en la dificultad de conseguir entradas. Pero al acercarme al teatro pude oír nítidamente la potente voz de un tenor propagándose por el aire nocturno. Al doblar la esquina descubrí un enorme escenario levantado en plena calle y rodeado por un numeroso grupo de oyentes atentos, sosteniendo vasos de ponche caliente que ofrecían desde unas mesas junto al teatro. Me detuve hipnotizada bajo los focos de aquel insólito espectáculo, emocionada al poder escuchar a magníficos cantantes que, por turnos, salían a ofrecer sus arias a los transeúntes. Aquello no era un sueño, era real. La ópera salía a la calle para celebrar el 50º aniversario de su reapertura.

Tantas sorpresas en una sola tarde me abrumaban. Con la música resonando en mis oídos y apretando en mi bolso el paquete de dulces navideños, regresé al hotel entusiasmada. Mi inseguridad se había esfumado.

No había encontrado al "tercer hombre", pero Viena, generosa, me había colmado de inesperados regalos el tercer día.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

HAIKU


La judería.
Por los tejados se oye
cantar un gallo.


lunes, 30 de noviembre de 2009

HAIKU





Pasan los años.
La planta del vecino
ya en mi ventana.




jueves, 26 de noviembre de 2009

EUGÉNIO DE ANDRADE


Ya no se ve el trigo,
la lenta ondulación de los montes.
No se puede decir que fuesen contigo,
tú tan sólo llevaste ese modo

infantil de saltar el muro,
de llevarte a la boca
un puñado de cerezas negras,
de esconder la sonrisa en el bolsillo,

cierta manera de silbar a las tórtolas
o de pedir un vaso de agua,
y dormir hecho un ovillo,
como sólo los gatos duermen.

Todo eso eras tú, sucio de moras.


(de: Todo el oro del día - Edit. Pre-Textos)

miércoles, 25 de noviembre de 2009

CUENTO


HISTORIA DE UN PELO

Un pelo se miró en el espejo.

"¡Horror! ¡Qué delgado estoy! Parezco un pelo anoréxico...."

Y se puso a meditar un plan, pues lo pelos, aunque no lo parezca, tienen cerebro. Sobre todo si son pelos de la cabeza.

Se dejó caer al suelo y esperó.

Poco a poco se le fue pegando el polvo de los rincones y la pelusa fina de los gatos de la casa.

También se le pegó un poco de caspa, pero no le importó. Estaba acostumbrado.

Lo malo es que también se le pegó alguna porquería que iban dejando las suelas de los zapatos. "¡Qué asco! ¡Comida basura!", pensó, pero se quedó con ella. "Al fin y al cabo, eso es lo que más engorda, ¿no?"

Con el tiempo nuestro pelo se había convertido en una hermosa masa peluda que andaba rodando de acá para allá por debajo de camas y sillones. Ya no era un simple pelo deslucido. Era un robusto pelo multicolor.

De vez en cuando se miraba en los espejos, sacando pecho.

Nuestro pelo vivió feliz hasta que un potente aspirador, al verlo tan redondito, se enamoró perdidamente de él y, con su enorme trompa, se lo tragó.

domingo, 22 de noviembre de 2009

HAIKU



Saltando el muro,
la gata me visita
siempre a su hora.

martes, 17 de noviembre de 2009

HAIKU




Corre y se para,
corre y se para el mirlo
mientras lo miro.


sábado, 14 de noviembre de 2009

CHAO SU CHENG (S. XII)


Me levanté irritada de tener que cubrirme todavía con el
carmín de mis afeites,
y me miré con rabia en el espejo que refleja mi enfermizo
semblante.
Mi enflaquecido talle prueba bien los efectos de mis vanos
dolores.
Y el constante fluir de mi llanto no es más que el desbordar
de mi dolida soledad.
Lánguidamente apoyada en mi tocador, me aliso las negras
cejas.
Y tiendo mis dos largas trenzas sobre el vapor del agua
hirviendo.
Mi doncella, bien ajena al estado de mi alma, toma una
florida rama de ciruelo y la coloca en mi cabello.

(de "Segunda antología de poesía china" - Marcela de Juan)

martes, 10 de noviembre de 2009

HAIKU


Entre los peces
pequeños de la orilla,
los pies del niño.


sábado, 7 de noviembre de 2009

HAIKU



Añora el huerto
tu paso sosegado,
tu voz de lluvia.


miércoles, 4 de noviembre de 2009

NOVIEMBRE



Esta luz de noviembre
es pura transparencia
sobre la inmensa calma
de la tarde.

Se despliegan las hojas
como ojos asombrados
detrás de las ventanas.
Temblando los colores
caen al suelo.

Ya impregna el aire
templado del otoño
el frescor invernal,
y en las ramas vencidas
sobrevive el verdor
reciente del estío,
la tersa primavera.

En esta breve luz
que enciende los guijarros,
centellea en el agua
y se mece en el leve
vuelo de los insectos,
vibra el color de todas
las estaciones.



lunes, 2 de noviembre de 2009

HAIKU




Rojas cerezas,
entre las hojas verdes
mi mano blanca.

viernes, 30 de octubre de 2009

RILKE (1875-1926)


Ay, dolor, mi madre me derriba.
Piedra a piedra yo me había levantado
y ya estaba en pie, como casa pequeña,
en torno a la que gira el día, incluso estando solo.
Y viene ahora mi madre y me derriba.

Me derriba cuando viene y mira.
No ve siquiera que uno está construyéndose.
Las paredes de piedra me atraviesa.
Ay, dolor, mi madre me derriba.

Vuelan ligeros en torno a mí los pájaros.
Los perros, aun extraños, me conocen: es él.
Sólo mi madre no sabe quién soy yo,
desconoce mi rostro que ha cambiado despacio.

Entre nosotros no ha habido nunca un viento cálido.
Ella no vive donde están los vientos.
Su corazón descansa en una alta empalizada,
y Cristo viene y la lava cada día.


(de: Vida de Rainer Maria Rilke - La belleza y el espanto - Antonio Pau - Edit. Trotta).

miércoles, 28 de octubre de 2009

TANKA




En la montaña

pisando hojas carmesí,

al oír la voz

del ciervo que brama

¡qué triste el otoño!


*


okuyama ni/momiji fumiwake/naku shika no/koe kiku toki zo/aki wa kanashiki


(Autor desconocido) (Poesía clásica japonesa - Edit. Trotta)

domingo, 25 de octubre de 2009

HAIKU




Noche de invierno.
Una rama hace blanco
sobre la luna.


viernes, 23 de octubre de 2009

CASAS


Hay casas en las que uno se siente como en su propia casa. Son casas que se abren como una sonrisa, como un sincero abrazo de bienvenida. En su luz reconocemos algún grato momento del pasado, cierta atmósfera olvidada donde fuimos felices sin casi darnos cuenta. Son casas que nunca nos parecen extrañas, aunque jamás antes las hubiéramos pisado, porque huelen un poco a nuestra piel y poseen la grata calidez que añora nuestra alma. Tan íntimamente conectamos con ellas que nos cuesta abandonarlas y, aunque estemos de visita, nos gustaría interrumpir la charla con sus dueños y ovillarnos, como gatos, en alguno de sus plácidos rincones.

Pero hay otras casas opresivas que nos roban el aire en cuanto traspasamos el umbral, como una tensa garra en torno a la garganta. Su turbia claridad nos sobrecoge, su aire enrarecido aviva recónditos temores. Su oscuridad evoca la lobreguez de un nicho, los interminables túneles de nuestras pesadillas. En ellas nos asalta un intenso deseo de escapar. Evitamos hundirnos en sus sillones, adentrarnos por sus fríos pasillos a las alcobas, y forzamos, con un mínimo pretexto, la despedida.

Otras casas nos atraen desde fuera, como a los niños las casitas de chocolate. Imaginamos un mundo prodigioso detrás de sus paredes. Son casas que de pronto nos sorprenden al doblar un recodo, en alguna ciudad desconocida. Su presencia nos obliga a detener el paso unos momentos y contemplarlas antes de proseguir la marcha, dejándolas atrás con la misma nostalgia con la que vemos alejarse nuestra infancia.

Y también están las casas divisadas desde un tren, en medio del paisaje despoblado. Sólo cuatro paredes aún en pie, invadidas por zarzas y maleza, con gastadas molduras en las ventanas y rosales de añosos troncos prendidos a las grietas de sus muros. Ruinas que conservan vestigios de belleza, entregadas a la lenta devastación del tiempo; y que se unen, por un instante, a nuestro propio reflejo en el cristal.

No tiene puertas
ni techo y, sin embargo,
qué bella casa.




domingo, 18 de octubre de 2009

LI PO (705-762)





PRÉDICA EN LAS MONTAÑAS


Si me preguntáis por qué vivo aquí

entre las verdes montañas,

reiré silenciosamente,

y cerraré mi corazón.

El capullo del melocotonero y

el agua silenciosa

me transportan a otro universo

más allá del mundo de los hombres.



(de: Poetas chinos de la Dinastía Tang - Edit. Visor)

jueves, 15 de octubre de 2009

HAIKU



Se pone el sol
en la flor del granado.
Veleta roja.


lunes, 12 de octubre de 2009

POEMA


A TRAVÉS DE UNA VENTANA

Entra en la casa
el rojo llameante de las flores,
iluminando el nítido cristal
y abriendo en las paredes
un suave resplandor que se desliza
hacia el velado techo.

¿Son las ardientes flores o es la luz
lo que transforma el aire de la estancia
en frondoso jardín,
en serena alegría?



viernes, 9 de octubre de 2009

RAINER MARIA RILKE


HAÏ-KAÏ


Una lluvia de pulgas sale tambaleándose del boje.
Morirán esta tarde sin poder saber nunca
que no era primavera.




(de "Poemas a la noche" - DVD Ediciones)

lunes, 5 de octubre de 2009

TED KOOSER


UNA VISIÓN FUGAZ DE LA ETERNIDAD

Ahora mismo
un gorrión se posó
en la rama de un pino
justo frente
a la ventana de mi alcoba
y un soplo
de polen amarillo
desapareció en el aire.


(del libro: Delicias y sombras - Edit. Pre-Textos)

sábado, 3 de octubre de 2009

HAIKU


Ver las petunias
también es una parte
del desayuno.


domingo, 27 de septiembre de 2009

HAIKU


Piso la hierba,
cruje el atardecer
bajo el almendro

miércoles, 23 de septiembre de 2009

TANKA


Al ver filtrarse
por las hojas de árboles
luz de la luna
sé que el lánguido otoño,
corazón, ha llegado.



(Antología Kokinshuu - Anónimo)

domingo, 20 de septiembre de 2009

SONÁMBULA


Es mediodía. Me levanto y me deslizo como a través de una bruma, con paso de sonámbula. Pesadamente atravieso el aire, tan denso como el agua. Funciono a cámara lenta mientras las agujas del reloj avanzan con asombrosa rapidez y la luz del sol cambia de ventana en un abrir y cerrar de ojos. De pronto suena el teléfono y escucho una voz al otro lado, pero las palabras se amontonan en un caos indescifrable que me abruma y que olvido en cuanto cuelgo. Con qué impaciencia el cartero aporrea mi timbre. Todo el mundo va con prisa. Hasta los gatos exigen su comida antes de hora. Apenas termino de apurar el desayuno cuando me llega el aroma del guiso de la vecina, listo para servir.

Todavía atrapada por los sueños, siento que estoy y no estoy al mismo tiempo, que mis manos y mis pies continúan dormidos siguiendo a mi cabeza como alumnos perezosos. Que otro día se esfuma en un breve parpadeo, porque cuando lo alcanzo, ya ha cerrado sus puertas y la noche se convierte en el cálido refugio donde comienza mi vida a amanecer.

Y, sin embargo, qué placer no tener prisa, hacerle burla al despertador, dejar que la caricia del sol sobre mis párpados me invite a regresar plácidamente del letargo. Tan narcotizada salgo del sueño que si las fuerzas del orden rastrearan mi cabeza, me detendrían por transportar un alijo de drogas impresionante. Esas que mi cerebro, tan generoso, me suministra gratis.


Algo me inquieta.
¿También tendrá la muerte
despertador?

martes, 15 de septiembre de 2009

POEMA


OTOÑO

Luz serena de otoño.
Se aclara el cielo
y es más leve el color
de las acacias.
Germinan brotes
de pura transparencia,
los tallos se entrelazan
y flotan en la brisa
perfumes nuevos
de sol y lejanía.
El mundo recomienza
en cada hoja,
en cada flor abierta.
También sobre mi piel,
estremecida,
parece que despunta
más verde la esperanza.

domingo, 13 de septiembre de 2009

HAIKU



A punto de partir,
detenerme a mirar
las azucenas.


miércoles, 9 de septiembre de 2009

HAIKU


Iba al entierro

cuando vi aquel arbusto

lleno de flores.

lunes, 7 de septiembre de 2009

INVITACIÓN


Creo que ya es hora de que lo publique. Si el día 25 andáis por Valencia, estáis invitados a visitar la exposición de acuarelas y haikus que inauguraré en el Sporting Club. Será un placer encontrarme con vosotros y compartir unas copas de vino, cerveza o lo que os guste. Como es mi primera experiencia, me hará falta animarme. Y si no podéis acudir, os lo contaré después.

Besos a todos.

sábado, 5 de septiembre de 2009

COLORES


La lluvia, al cesar, devuelve los nítidos colores a las cosas que, de pronto, se muestran en su pura desnudez. Ya no las envuelve el aura engañosa del sol. Incluso los sonidos se propagan por el aire con una extraña claridad, como notas vertidas por finos instrumentos. La tarde tiene color de tarde. No el festivo brillo de los interminables atardeceres del verano. Sobre las brumas del cielo, el color de las begonias, todavía húmedas, parece pintado por un delicado pincel. El verdor de los árboles fluye como un río. Y al abrir la ventana siento que el acre olor del bullicioso asfalto ha sido barrido por el agua, como las breves hojas que ahora reposan, primorosamente limpias, sobre los charcos.


Cesó la lluvia.
Qué transparente el canto
de los gorriones.


jueves, 3 de septiembre de 2009

HAIKU



Entre las hierbas

que recogí del monte,

un caracol.

martes, 1 de septiembre de 2009

HAIKUS (VARIOS AUTORES)


Donde aparezca una isla
hay un pino; es fresco
el ruido del viento.
(Shiki)
*
Grandes y chicas,
aparecen estrellas
dentro del frío.
(Taigui)
*
Nace el otoño.
Se deslizan las nubes
y se ve el viento.
(Chora)
*
De no estar tú,
demasiado enorme
sería el bosque.
(Issa)
*
Un viento fresco.
Llenando el firmamento,
voces de pinos.
(Onitsura)
*

(Traducción: Antonio Cabezas)

domingo, 30 de agosto de 2009

HAIKU


Ojalá viera

la flor recién abierta

con ojos nuevos.



viernes, 28 de agosto de 2009

LA NUBE



Salgo al balcón. Fumo el único cigarrillo del día, sola entre las plantas.

Una enorme nube malva avanza por el cielo como un muro de niebla impenetrable.

Las farolas proyectan su luz anaranjada sobre el jardín.

Una súbita brisa agita suavemente las acacias, los toldos se hinchan como velas.

Se oyen las últimas voces en el parque, el ladrido nocturno de los perros.

Lentamente la nube oscurece el horizonte.

El viento arrastra un leve olor a lluvia, a tierra húmeda, a montaña.

Los cipreses derraman su fragancia de incienso.

Mi piel presiente el fresco impacto de las gotas, mientras contemplo el vago resplandor de los relámpagos.

Con un último destello, se apaga el cigarrillo.



El pino sabe

que la lluvia está cerca,

y se perfuma.


miércoles, 26 de agosto de 2009

MARAM AL-MASRI (poeta siria)


TRES POEMAS

I

Ella llegaba hasta él
para ofrecerle
los poros de su piel
y las yemas de sus dedos
adornados con cerezas
que comía con avidez.

Y se marchaba
con la cesta de su corazón
vacía.


II


Bendíceme libre
y soporta
mis negativas.
Acércate cuando
te invite,
y cuando
te descuide,
aprende a esperarme.
Acéptame siendo de otro
y aprende a amar.


III


No se avergonzaba ante ella
por su vieja ropa interior de algodón
y sus calcetines agujereados.
Ante ella
se desnuda
como se desnudan
las urgencias del amor,
para descender
como un rey
sobre su cuerpo.



(del libro "Cerezas rojas sobre losas blancas")

lunes, 24 de agosto de 2009

HAIKU



Enmarca el muro

el cielo atravesado

por una estela.


sábado, 22 de agosto de 2009

AGOSTO




Agosto. Todo el día zumba el ventilador, zumba el tráfico en la calle y a lo lejos retumba otro zumbido, el de los coches de Fórmula 1 que abrasan el asfalto de un circuito que bulle al mediodía. Da calor el rugido estridente de los motores en pleno bochorno veraniego.


Las plantas languidecen asomadas al balcón, se desprenden sus hojas agostadas, amarillean los tallos invadidos por invisibles plagas. Se reseca la tierra en las macetas. Ni un soplo de brisa despereza los árboles inmóviles. Apenas se oye el canto aletargado de las tórtolas.


La gente camina despacio por las aceras, arrimándose a la delgada sombra de los edificios. El sol cegador les hace bajar la vista al suelo, mientras avanzan como sonámbulos diurnos hacia el grato refugio de una penumbra. Arde el sol en las azoteas, en los balcones desiertos, en las persianas cerradas de los comercios, en las áridas fachadas orientadas al sur.


Cómo se estrecha

la sombra al mediodía.

No quepo dentro.


jueves, 20 de agosto de 2009

HAIKU


Aves e insectos,

todo el jardín es vuestro

de madrugada.