TARDE DE OTOÑO
Pálido otoño, los colores
ardientes del jardín se han apagado.
Fluye la luz como una fuente
donde flotan erráticas las nubes
y el verdor de los árboles es agua.
También mi rostro en los cristales
apenas se refleja y, arrastrado
por la fría corriente de la tarde,
va perdiendo sus trémulos contornos.
(fotografía: Susana Benet)
Pálido otoño, los colores
ardientes del jardín se han apagado.
Preciosa conjunción, Susana.
ResponderEliminarUna foto estupenda. Un poema exquisito.
Y esa notable secuencia de dos, tres y cuatro versos.
Gracias por tanto.
Un beso, amiga.
Muchas gracias, Juan Carlos, por tus palabras tan amables y generosas.
ResponderEliminarSaludos,