PARQUE DE LA SEDA
En esos momentos interminables
en que sentado en un banco
de un festivo parque de provincias
con niños, viejos, perros, una fuente,
golondrinas y adelfas juguetonas
esperas que pase el tiempo,
que lamentarás por perdido,
y que llegue la noche,
no sabes si es la felicidad quien te acompaña
o es la soledad quien te limita.
Miras tus zapatos que están llenos de polvo,
sientes hormigas por tus ojos, se hace tarde
y al llegar al hotel duermes solo.
(de: Blending - Edit. Cuadernos de Humo, 2017)
(fotografía: Susana Benet)
Qué bonito, y melancólico, poema. Quién no ha estado alguna vez en ese banco..
ResponderEliminarUn abrazo
Es cierto, Momiji. Todos hemos conocido un instante parecido. Besos,
ResponderEliminarPuse un comentario. No sé si llego. Muchas gracias.
ResponderEliminarNo llegó, pero puedes repetirlo. A veces el sistema falla, y no sé la razón. Gracias a ti,
ResponderEliminar