HISTORIA DE UN PELO
Un pelo se miró en el espejo.
"¡Horror! ¡Qué delgado estoy! Parezco un pelo anoréxico...."
Y se puso a meditar un plan, pues lo pelos, aunque no lo parezca, tienen cerebro. Sobre todo si son pelos de la cabeza.
Se dejó caer al suelo y esperó.
Poco a poco se le fue pegando el polvo de los rincones y la pelusa fina de los gatos de la casa.
También se le pegó un poco de caspa, pero no le importó. Estaba acostumbrado.
Lo malo es que también se le pegó alguna porquería que iban dejando las suelas de los zapatos. "¡Qué asco! ¡Comida basura!", pensó, pero se quedó con ella. "Al fin y al cabo, eso es lo que más engorda, ¿no?"
Con el tiempo nuestro pelo se había convertido en una hermosa masa peluda que andaba rodando de acá para allá por debajo de camas y sillones. Ya no era un simple pelo deslucido. Era un robusto pelo multicolor.
De vez en cuando se miraba en los espejos, sacando pecho.
Nuestro pelo vivió feliz hasta que un potente aspirador, al verlo tan redondito, se enamoró perdidamente de él y, con su enorme trompa, se lo tragó.
Qué gracioso. Me imagino que la historia podría seguir de esta manera: Desde el momento en que la aspiradora se tragó el pelo redondito, comenzó a sentir una voz dentro de ella que le decía: no aspires esa mota de polvo, espera a que vengan sus hermanas con ella a hacer una comida familiar y entonces, cuando estén todas juntas ¡zas! te las zampas.
ResponderEliminarUmmmm creo que esa canica puede alimentarnos muy bien, ¡menudo festín nos vamos a dar!.... y así y así hasta que la aspiradora no pudo seguir viviendo sin el pelo redondito dentro de su barriga.
¡ Me gusta mucho tu cuento! ¡ cuánta imaginación!
Veo que también te gustan estos cuentos absurdos... y que podrías escribir una segunda parte. Ahora los escribo porque colaboro con una revista infantil "Pequeños héroes", así que mi imaginación se ha desatado.
ResponderEliminarYa sabes, cuando quieras escribimos uno a medias.
Besos,
Susana, es sencillamente delicioso. No se si decir tan adultamente infantil o tan infantilmente adulto. Mejor no digo nada, y lo leo otra vez antes de irme a dormir. Un abrazote y gracias.
ResponderEliminarSusana, cuánta imaginación que tienes.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Besos
Hoal, Susana, veo que no paras y que ahora has afrontado el reto de la literatura infantil, tan difícil y con tanto riesgo de caer en lo cursi y en lo inaceptable. Tu relato breve me parece exquisito, en especial el detalle del cerebro. Ánimo. Ignacio
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