Ya no se ve el trigo,
la lenta ondulación de los montes.
No se puede decir que fuesen contigo,
tú tan sólo llevaste ese modo
infantil de saltar el muro,
de llevarte a la boca
un puñado de cerezas negras,
de esconder la sonrisa en el bolsillo,
cierta manera de silbar a las tórtolas
o de pedir un vaso de agua,
y dormir hecho un ovillo,
como sólo los gatos duermen.
Todo eso eras tú, sucio de moras.
(de: Todo el oro del día - Edit. Pre-Textos)
¡Qué extraño poema, de cuyo autor no conozco nada! Me ha sorprendido por las combinaciones de palabras y por las imágenes inesperadas.
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