NOVIEMBRE
En pleno otoño, noviembre es un mes de
súbitos contrastes. Una lluvia feroz inundó carreteras y barrancos, dañó
cosechas, destrozó casas, arrebató vidas. La naturaleza
mostró su furia, su implacable energía tras el letargo agobiante del verano. Y,
de pronto, esta mañana, el día se presenta
apacible, casi primaveral. El verdor de los ficus y las acacias es más
intenso. Las flores despliegan
sus pétalos en el aire recién lavado. Hasta el ruido del tráfico se parece al
lejano zumbido de los insectos. Pasan
ciclistas en mangas de camisa. Brilla el uniforme verde del barrendero, que empuja
sin prisa su carro de faena. La gente se
detiene curiosa bajo los toldos de los comercios. Con perezosa calma, regresan de la compra con las bolsas
repletas. Caminan sin esfuerzo, como si alegres regresaran de una fiesta. Un niño empuja su pelota hacia el jardín. Sobre
el ruido de la calle, se escucha de repente el canto estridente de algún
pájaro. En la puerta del bazar todavía se exhiben los centros florales del
pasado día de difuntos. Flores destinadas a las tumbas, que siguen adornando
los abarrotados escaparates. Flores de plástico que recuerdan, con sus vivos
colores, a los muertos. Porque noviembre es un mes en que vida y muerte se
confunden, igual que la mañana vibrante y luminosa no tarda en convertirse en
lúgubre noche anticipada.
Arde
una vela,
más
allá una farola.
Detrás,
la luna.
Aunque es la primera vez que comento Soy admiradora y seguidora de este blog.
ResponderEliminarMe ha gustado muchisimo este precioso post.
En el que el haibun y el haiku son perfectos.
Gracias por tanta belleza.
Precioso haibun, ¡qué bella descripción del paso del día, con sus contrastes!. Por cierto, ¿qué flor es la de la fotografía?, ¿florece en noviembre?
ResponderEliminarGracias a los dos por visitar mi blog. En cuanto a las flores, creo que son de magnolio, y puede que la foto sea de otoño, aunque no puedo asegurarlo, porque la tomé hace mucho tiempo en el Jardín Botánico de Madrid.
ResponderEliminarSaludos a todos,