LA TÓRTOLA
Quedó atrapada
la tórtola en mi antiguo
cuarto infantil.
En la pared, las gotas
oscuras de su sangre.
Debajo de un armario,
resignada a morir,
yacía inmóvil.
Pero bastó una mano
agitada en el aire,
un batir de cortinas,
y huyó la tortolita
en vuelo presuroso
de la asfixiante alcoba,
donde mi infancia aún
sigue volando en círculos.
(fotografía: Susana Benet)
Qué sugerente esa mirada que hace de la anécdota el poso argumental de una reflexión sobre lo transitorio. Que esa infancia de alas transparentes siga volando en círculos, Susana. Un abrazo.
ResponderEliminarAmigo José Luis. El poema se basa en una anécdota real, y también inexplicable, porque el piso estaba cerrado. En fin... a veces suceden cosas mágicas que nos trastornan y nos inducen a escribir. Besos,
ResponderEliminarMe gusta mucho tu poema, Susana.
ResponderEliminarHay cosas que parecen a punto de morir y basta el gesto de una mano para volver a volar.
Foto y poema, encantadores.
Un abrazo.
Qué bonito. Un poema muy de tu estilo que ayuda a reencontrarse con la buena poesía.
ResponderEliminarUn abrazo!
Gracias por apreciarlo, porque tenía mis dudas... como siempre. Menos mal que tengo amigos que me animan. Besos
ResponderEliminarMaravilloso...
ResponderEliminarGracias, Sergio. Bienvenido.
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