NIÑOS Y HAIKU
Los niños se llevan bien con
el haiku. Al fin y al cabo ellos observan la vida con la misma curiosidad y
asombro que los haikus tratan de reflejar. El haiku puede atraer al niño hacia
la poesía y estimular su creatividad. Así lo he comprobado en los talleres que
he impartido a niños de Primaria. En cuanto conocieron las reglas (mínimas)
para componer haikus, casi todos fueron capaces de escribir sus propios
tercetos sin gran problema. Incluso surgieron haikus muy logrados que luego publiqué
en mi blog. Por eso recomiendo que el haiku llegue a las aulas como actividad
complementaria y lúdica. No todos, pero muchos pueden descubrir una nueva
habilidad y acercarse a la poesía partiendo de solo tres versos. Lo que comienza como un
simple pasatiempo, puede convertirse en vocación, y a su vez, enriquecer el
lenguaje y la creatividad.
He aquí una muestra de ello:
Sube al cielo,
el sol por la mañana,
como un pájaro.
(Daniel García)
Dos periquitos
con diferentes colores
pían a la vez.
(Javier
de la Cruz Pons)
Vi a una oruga,
se acercó a mí.
Sentí que me quería.
(Vida
Perona)
Un saltamontes,
saltando por el campo.
Se oyen sus alas.
(María
Corma)
Copos de nieve
caen en las montañas
cubriendo robles.
(Adrián
Fabregat)
Mira hacia abajo.
Descubre un nuevo mundo:
las cosas pequeñas.
(Miguel
Ponce)
Una montaña.
Nevada.
Alta.
(María
Céspedes)
(haikus
de alumnos de 5º Curso de Primaria del colegio Carles Salvador de Valencia –
2011)
(fotografía: Ariadna Benet - Logan con Grillos y luna)
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