sábado, 6 de octubre de 2018

OPINIÓN











Mi artículo publicado hoy en Cartas a la Directora de EL PAÍS:
"Debe de haber una epidemia de árboles enfermos en la calle donde vivo, porque quedan pocos en pie. El que yo contemplaba feliz desde mis ventanas, ya no está. Lo abatieron, como especifican en sus informes. El tronco cortado mostraba una mancha oscura y hueca. Pero también vi otros troncos seccionados con la madera intacta. Algo incomprensible. Por un lado, las autoridades organizan campañas para que plantemos árboles, para que nos arboricemos, y, sin embargo, van eliminando de las aceras hermosos ejemplares que han crecido durante años sin problemas. Nadie los revisó cuando empezaron a enfermar, ni trataron sus síntomas a tiempo. Los dejaron consumirse con algunas ramas desnudas donde ya no crecían hojas. Pero eran solo un par de ramas, algunas de ellas quebradas por el viento. Nadie vino a podarlas, aun sabiendo el peligro para los transeúntes. Aguantaron así durante, al menos, un par de años. El mal avanzaba por los árboles indefensos hasta que, según parece, ya era irremediable. 
Cuando reclamo, me responden con evasivas, con partidas presupuestarias para el año próximo… Palabras… palabras, en lugar de árboles… árboles.
Susana Benet. Valencia"

(de: periódico EL PAÍS del 6-10-18, sección: Cartas a la Directora)
(fotografías: Susana Benet)

3 comentarios:

  1. Es muy importante esa llamada de auxilio que realizas sobre la importancia de los árboles en nuestras vidas. Mi total apoyo y mi agradecimiento hacia tu carta pues invita a reflexionar sobre este tema.

    Un abrazo!

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  2. Qué tristeza tan primordial la de un árbol cortado. Hermoso y a la vez contundente tu alegato. La verdad es que es lamentable a veces la política ecológica de nuestros políticos de turno. Gesticulaciones, palabrería... mientras las hojas no dejan de caer, literalmente. En estos casos no sé realmente quién tienen el corazón enfermo.

    Besines Susana

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  3. Gracias a los dos. Cuánto me gustaría que todo el mundo reivindicara la presencia de los árboles en las aceras de las ciudades y exigieran a los responsables más atención a este tema. No creo que la inversión económica sea tan grande. Se invierte en esperpentos más caros y prescindibles. Besos,

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