El pasado viernes, día 19, tuve el placer de acompañar al poeta José Cereijo en la presentación en Valencia de su último libro Los dones del otoño. También intervino, en nombre de la editorial Pre-Textos, Manuel Ramírez. Fue en la Librería Ramón Llull, que dirige Almudena Amador y a la que acudieron numerosos amigos y admiradores del poeta.
En la introducción leí este texto que copio aquí:
LOS DONES
DEL OTOÑO
Lo primero
que leí de José Cereijo fueron sus haikus, reunidos en La amistad silenciosa de la luna, publicado por Pre-Textos en el
2003, (año en el que, por cierto, comencé a introducirme en el mundo del
haiku).
Me impresionaron
especialmente estos:
Adónde
miran
los
ojos de los muertos
tan
fijamente.
*
Miraba
el ciego
en
un canto de alondra
amanecer.
Más tarde leí su
poemario Música para sueños, publicado
también por Pre-Textos y me di cuenta de que su sensibilidad para el poema occidental
no se aparta en absoluto de la mostrada en sus haikus. Me sedujo su estilo
directo, conciso, su lenguaje claro, la profundidad que encierra su aparente
sencillez. Y me decidí a contactar con él. Localicé su teléfono y le llamé. Me
recibió con mucha cordialidad y a partir de entonces hemos mantenido el
contacto, colaborando ambos en la presentación del último libro de José Luis
Parra: Inclinándome, libro que
presentamos conjuntamente en la Librería Alberti, de Madrid. Pedí a José que
pusiera voz a los poemas de Parra, quien había fallecido hacía poco. Sabía que
iba a recitarlos con su voz potente y cálida, casi como si los recitase el
propio autor. Aprovecho para darle nuevamente las gracias por aquel regalo.
También participó con
sus haikus en la antología que elaboré junto a Frutos Soriano: Un viejo estanque, publicada en la
colección La Veleta, editorial Comares.
Ahora llega su quinto
libro de poemas Los dones del otoño, y
ya el título me atrae, porque precisamente el otoño es mi estación favorita. El
libro va ilustrado con una viñeta de Miriam Balaguer. Está publicado en la
colección Cruz del Sur de la editorial Pre-Textos y reúne 74 poemas.
Poemas breves algunos,
otros moderadamente extensos, en los que nos habla de la ausencia desde la
primera página:
PAISAJE
La
imagen de las casas lavadas por la lluvia.
Las
nubes poderosas a las que barre el viento.
Esta
luna inicial, y frágil, y amarilla.
Las
primeras estrellas, los espejos del agua, el olor de la tierra.
Para
ti voy diciendo estas pequeñas cosas
que
ha perdido tu muerte.
Observo que cada uno de
los cuatro versos iniciales, podría contener un haiku, por su escueta
plasmación de lo que sucede y porque, en su brevedad, encierran una profunda
emoción.
Más adelante, avanzando
en el libro, nos hallamos ante motivos recurrentes como el silencio, un
silencio que nos habla de esa implacable ausencia.
Una
de las razones
que
hacen grato el silencio a cierta edad,
es
que es el ámbito de los que se fueron.
También nos dice en otro fragmento: “…las cosas que importan / están siempre
rodeadas de silencio…”
En otro poema
nos revela:
…
hay un centro escondido
algo
que sólo un gran silencio
interior
puede captar, darle cobijo,
y
que ordinariamente nos tapa, nos niega
nuestro
propio ruido, nuestra confusión
íntima…
Investigando
sobre Cereijo en la red, observo que en más de una ocasión, en algunos blogs se
refieren a él como “poeta del silencio”. Y me encuentro con este comentario: Su obra
poética contiene la maestría de pronunciar lo que está callado.
Todo el libro
rebosa de una nostálgica belleza, de paisajes trazados con breves elementos,
algunas veces tan sencillos como una simple caja, una flor en un vaso, unos pájaros, unos frutos caídos, la lluvia
con la que compara la vida:
… Así es la vida, pienso,
así la memoria, los afectos: un poco
de humedad
que, despacio, va secándose,
y que no deja nada tras de sí.
Creo que es
un libro sereno, que invita a la meditación, a la reflexión, a contemplar en
nuestro propio interior aquello de lo que nos habla Cereijo con esa sutil
manera de transmitir emociones.
No
me gusta analizar lo que leo, prefiero sentirlo. Y al leer este libro me
envuelve una atmósfera teñida de añoranza, silencio, desnudez, tal como sucede
en la naturaleza cuando el otoño desprende las hojas amarillas para que se
abran paso los brotes nuevos. Como brotan en este libro los versos vivos.
(Susana
Benet – febrero 2016)
Muchas gracias a todos por asistir y celebrar con nosotros este encuentro.
(Librería Ramón Llull - Valencia, 19 Febrero 2016)
(fotografías: Gabriel Alonso)
(fotografías: Gabriel Alonso)
De José Cereijo solo he leído su "Antología personal" de la Editorial Polibea. El libro incluye poemas, relatos breves y haikus.
ResponderEliminarMe apunto el libro que tan bien reseñas.
Un abrazo!
Seguro que te gustará... Besos,
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