CANCIÓN DEL DIOS SIN ORILLAS
A Pilar Pardo y Raúl Pizarro
El gorrión precavido
me mira y guarda silencio.
Habita en ese otro lado
al que yo no pertenezco.
Me ve dentro, en su jardín,
llevando atrás a mis muertos,
los que me preguntan cómo
salir de nuevo a lo abierto.
El gorrión precavido
que ve lo que yo no veo
-simas de un Dios sin orillas-
porque a mí me asusta verlo.
(de: Cantos de vida y vuelta Edit. Pre-Textos, 2013)
(fotografía: Susana Benet)
Qué poema tan bonito, Susana. Gracias por traerlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegra que te guste. Acabo de descubrir al poeta y me gusta compartir las cosas buenas. Besos
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