jueves, 3 de noviembre de 2016

POEMA









BELVEDERE
                    
No era el jardín, tampoco las cornejas
cansadas de volar,
picoteando en la hierba, ajenas
a la muda insistencia de mis ojos.

Ni era la bruma
detenida en el aire
ni el fuego del otoño deshojándose
con su último fulgor
sobre la tarde en calma.

No era eso todo.
Había otra belleza más allá
de la simple mirada:
                                    un gran silencio,
una luz nueva, algo remoto
vertiéndose hacia dentro,
abriendo otro jardín desconocido
tras los muros del corazón.







(de: La durmiente - Pre-Textos 2013)

(fotografía: Susana Benet)




6 comentarios:

  1. El silencio abriendo las puertas del corazón...
    gracias, Susana, por compartir tan bello poema.

    Un abrazo
    Cris

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  2. Muy hermoso tu poema, Susana, esa belleza que va de lo exterior hacia lo interior.
    un abrazo.

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  3. Gracias a vosotros por asomaros a mi página. Es un placer compartir poemas con los amigos. Besos

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  4. Que bien lo ha referido Gregorio…, con ese espacio sagrado, remoto y profundo que da la palabra poética a la conciencia.

    Salud

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  5. Es cierto, José Luis,hay lugares con una atmósfera casi sagrada o fuera del tiempo, que inspiran poemas como este. Gracias,

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  6. Hermoso poema que disuelve la distancia... llega de inmediato al corazón. Gracias, es un placer leerle.

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