sábado, 18 de noviembre de 2017

POEMA de PO CHÜ-I (s. IX)







AL CUMPLIR LOS SESENTA

Dedicado a Liu Mêng-tê. Que le había pedido un poema. 
Tenía la misma edad que Po Chü.i


Entre los treinta y los cuarenta, está uno distraído por
los Cinco Apetitos;
entre los setenta y los ochenta, uno es presa de cien 
enfermedades.
Pero entre los cincuenta y los sesenta, se está libre
de todo mal.
Tranquilo y sosegado - el corazón disfruta del descanso.
He dejado atrás Amores y Concupiscencias; me he
desprendido del Lucro y la Fama;
todavía me falta para la enfermedad y el deterioro y
estoy lejos de la decrepitud.
Todavía poseo fuerza en mis miembros para ir en busca
de ríos y montes;
mi corazón aún tiene ánimo de escuchar flautas y tañer
de cuerdas.
A mi aire, abro vino nuevo y pruebo varias tazas;
ebrio, recuerdo viejos poemas y canto todo un volumen.
Mêng-tê pidió un poema y con este le exhorto
a que no se queje de sus sesenta años, "la edad
de los oídos obedientes".*


(*) Confucio dijo que no fue hasta que tuvo sesenta años que "sus oídos
le obedecieron". Por lo tanto a esta edad se la llama "la edad de los oídos
obedientes".



(de: Ciento setenta poemas chinos - Biblioteca nueva, Madrid 1999)
(acuarela: Susana Benet)


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