SIESTA
Así dormías tú,
sobre tu vieja hamaca, bajo el fresco
dosel de las bignonias.
En la hora silenciosa del reposo
percibías lejano
el perfume del huerto, el suave roce
del aire levantino.
Las manos, sobre el pecho abandonadas;
pulgaradas de luz sobre la frente.
Así dormías tú,
entre el vuelo fugaz de los insectos
y el murmullo del agua, respirando
la calma inapresable de la tarde.
(de: Tu sangre en mis venas - Poemas al padre . Edición de Enrique García Maíquez -Edit. Renacimiento, 2017)
(poema y fotografía: Susana Benet)
Muy bonito. Gracias.
ResponderEliminarGracias a ti por leerlo y comentar. Tenía este poema publicado en la antología dedicada al padre y también lo leyeron en el programa Poesía en música, de Radio Clásica. Me faltaba publicarlo en el blog. Besos,
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