Esta acuarela, improvisada, ilustra el comienzo de "Alma de caracol", mi reciente libro de haiku. Muchas veces he visto pequeños caracoles prendidos en un tallo como brotes cerrados, como flores dormidas. Esta acuarela me ayuda a recordar esos paseos en los que disfruto de la discreta presencia de plantas y animales, un regalo para la vista, el tacto y el olfato. Sin olvidar el gusto, porque también he saboreado los pétalos tiernos de alguna flor silvestre. Ni tampoco el oído, por el zumbido hipnótico de los insectos.
(acuarela: Susana Benet)
(de: Alma de caracol - Edit. La Garúa - 2024)