jueves, 26 de marzo de 2020

POEMA









AHORA

Ahora que no somos
los dueños de la calle,
confinados en casas y oficinas
por un temor
que nos transforma a todos
en súbita amenaza,
son ellas, las criaturas
aladas, las que vuelan libremente,
o descienden confiadas,
huéspedes del asfalto.

Y hasta las ramas
frondosas de los árboles
parecen adueñarse del espacio
para sanar el aire
con el aliento fértil de sus flores.

* * *

(fotografía: Susana Benet)



lunes, 23 de marzo de 2020

POEMA de JOSÉ LUIS PARRA (1944-2012)







DÍAS DE ABRIL DE 1997 

Apenas estrenada, esplendorosa,
la mañana, y ya ha terminado el día.

Hierve el café del desayuno,
se hunde en la taza el sol poniente
y acaba la película de la televisión.

Por ventilar el cuarto
y la cama aún revuelta,
te acuestas y duermes recién despierto.

Oferta espantosa de primavera,
con todo el azahar podrido y días
de saldo amontonados, desvaídos,
arrumbados mucho antes de iniciarse
en el gran almacén de la memoria.


* * *



(de: Los dones suficientes - Edit. Pre-Textos. Valencia, 2000)
(fotografía: Susana Benet)




viernes, 20 de marzo de 2020

HAIKU







Cautiva en casa
confundo día y noche.
Siempre es domingo.






(fotografía: Susana Benet)





martes, 17 de marzo de 2020

HAIKU









Confinamiento.
Sólo lluvia en las calles.
Ningún paraguas.






(fotografía: Susana Benet)





domingo, 15 de marzo de 2020

COMENTARIO






SAM EN CASA

Desde el 28 de febrero tenemos un nuevo miembro en la familia. Sam es un perro pequeño, de hocico alargado y orejas afiladas. Es negro, de patas cortas que le permiten saltar a mucha altura si le ofreces una chuchería (una sencilla loncha de pavo). La primera noche extrañó la casa (éramos unos desconocidos para él) y lloriqueó a ratos, a pesar de dormir sobre nuestra cama, algo que le permitimos como lo hicimos con nuestros gatos, aunque también es cierto que extremamos la higiene y le limpiamos las patitas en cuanto sube de la calle.

Nuestra vida ha cambiado desde su llegada. Salimos varias veces a pasearlo, al menos tres veces al día, lo que nos ayuda a sacudirnos la pereza. Jugamos a lanzarle sus juguetes para que corra tras ellos y los atrape. Lo estamos acostumbrando a que se quede solo en casa, algo que llevó mal el primer día (desde el portal lo oía aullar). Pero tenía que dejarlo solo algunos minutos, y me iba angustiada al saber que estaba sufriendo. Es un perrito abandonado (lo dejaron de cachorro en una acequia, una muestra de la barbarie humana), que ha pasado por dos hogares. En el segundo de ellos tuvo que compartir espacio con otros perros abandonados, de modo que recibió una atención limitada. Los primeros días fueron complicados para ambos, pues oía sus quejas cada vez que me ausentaba por pocos minutos.

Todo esto no tiene nada de particular, pues les sucede a muchas personas que adoptan perros. Lo que nos llama la atención es algo difícil de definir o que podríamos llamar “presentimiento”. Antes estaba más inquieto, pero justo desde que firmé los papeles de adopción, cambió su conducta. Al día siguiente salí a comprar durante quince minutos, y no lo oí llorar. Desde esa misma fecha parece asumir  que esta es “oficialmente” su casa. Como si hubiera tenido acceso virtual a los papeles. Y no sólo observamos este cambio, sino que desde que se ha decretado el estado de “alarma”, Sam se ha vuelto más casero, como si entendiese los mensajes de la tele. Ahora no le apetece salir a pasear y nos cuesta hacerlo bajar por la escalera (no usamos el ascensor por si algún vecino piensa que el perro contamina). Como un buen ciudadano evita estar mucho tiempo en la calle. Hace sus necesidades que limpiamos escrupulosamente (no como otros que nos dejan "regalos" sobre acera), y al momento tira de la correa para regresar a casa. Tal vez husmee que el ambiente ha cambiado. Este silencio repentino lo debe desconcertar, como nos inquieta a nosotros. Las aceras desiertas, la falta de tráfico, el cuidado con el que nos evitamos unos a otros, la gente enmascarada…


Igual que algunos animales presienten la cercanía de un terremoto, nuestro pequeño Sam percibe que el ambiente ha cambiado, que la fiesta terminó (y, por fin, cesaron los petardos para su alivio y el nuestro), y actúa de forma solidaria, como si comprendiera que lo que nos toca ahora es resistir ante el peligro. Y nos da una lección de prudencia y serenidad.



(Fotografía: Susana Benet)




martes, 10 de marzo de 2020

POEMA de OMAR KHAYYAM







¡Bebe vino! Recibirás vida eterna. El vino es el único filtro que puede devolverte la juventud. ¡Divina estación de las rosas, del vino y de los amigos sinceros! Goza de este instante fugaz que es la vida.




* * *


(de: RUBAYNAT (Selección) - José J. de Olañeta Editor - 2008)

(fotografía: Susana Benet)



sábado, 7 de marzo de 2020

POEMA







ACACIA

Rebosante de flores amarillas,
ondulándose al viento,
como llena de pájaros la acacia
parece levitar sobre el  jardín.

Se adueña del espacio, se antepone
a la vaga presencia de otros árboles,
envuelta por el vuelo de sus hojas
y por la rubia red que teje el sol.

La contemplo y presiento
que a través del verde balanceo,
bajo miles de párpados me mira.


(Susana Benet - 2019)


* * *


(publicado en revista: Estación Poesía 18 - Sevilla - Invierno 2020)


lunes, 2 de marzo de 2020

HAIKU






Se aleja el trueno,
sin dejar una gota
sobre el jardín.









(fotografía: Susana Benet)