NOCHE DE DIFUNTOS
En una Noche de Difuntos de
hace 24 años conocí al poeta José Luis Parra en el antiguo Café Malvarrosa. Esa
noche apenas aparecieron clientes por el Café y si llegaron, no les presté
atención. El dueño del local encendió una vela que sacó de una vieja maleta. La
vela se parecía a los huesos de los muertos, amarillenta y retorcida, pero su
luz nos acarició desde el otro lado de la barra. Nosotros no dejamos de
conversar durante un par de horas y Parra me firmó sus dos libros publicados hasta entonces.
Había bebido y su pulso no era firme. Los libros eran Un hacha para el hielo y Del
otro lado de la cumbre. En la primera página de este último escribió: “Para
Susi, simplemente, fíjate ¡colocado! Te habría querido hasta el infierno. JL
Parra.” Después, en casa, desvelada y deslumbrada
por su recuerdo, leí aquellos versos y la febril dedicatoria. Fue una noche
extraña en que la atmósfera se volvió irreal y tal vez fuimos dos fantasmas que
se encuentran en la penumbra.
* * *
BUEN PROVECHO
a fuego lento
y no nos queme.
Si somos un menú para la muerte
que encuentre nuestra mesa dispuesta y ordenada,
servidos y en su punto
el orgullo, la entereza,
y venga cuando quiera la bulímica insaciable
y nos engulla y se enriquezca.
* * *
(poema del libro póstumo de JL Parra: La
hora del jardín, editorial Renacimiento, Sevilla, 2020)
Hermoso recuerdo, Susana.
ResponderEliminarDe aquella noche tan extraña como intensa frente a ese gran poeta.
Y el poema, tan breve como rotundo, lo expresa todo: vida y muerte. En esa fascinación del misterio de ambas, es decir, el mismo y profundo sentido que las amalgama.
Gracias, amiga. Lo mejor para ti.
Un gran abrazo.
Gracias, Juan Carlos. Me alegra que el poema te guste. Mucha suerte y salud!
ResponderEliminarEs muy interesante leer vivencias de JL Parra pues en ellas se encuentran muchas claves que después veremos en sus poemas. Muchas gracias Susana. Siempre es un placer leer y releer poemas de Parra.
ResponderEliminarGracias por seguir leyendo a Parra.
ResponderEliminar