LA SOLEDAD DEL INSTANTE
No se deja pensar como un vacío,
y es ocioso creer que ocupa el centro,
la gravedad de un cruce de caminos
para así darle un orden más perfecto.
Al agua y no a la roca se aproxima
porque en el agua es lo exterior reflejo:
rotas alas de un tiempo descompuesto
como barcas que van a la deriva,
pequeña reunión de astros sin luz
que giran desnortados a su orilla,
creyendo que entre tanta plenitud
nunca más ha de amanecer el día.
* * *
(de: Lugares deshabitados - Edit. Libros del aire - 2020)
(acuarela: Susana Benet)
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