El pasado
jueves, día 24, presenté en la Librería Rafael Alberti, de Madrid, mi libro
“Huellas de escarabajo”. No había podido dormir apenas la noche anterior, ante
la idea de presentar un libro en Madrid por primera vez, acompañada por el
escritor Andrés Trapiello, (editor del libro). Me atraen las aventuras, pero también me dan miedo.
Conozco poca gente en Madrid y, sin embargo, es una ciudad por la que siento un
cariño especial. La he visitado muchas veces e incluso viví en ella durante
casi un año, en los setenta. Por eso, en esta ocasión, había decidido viajar allí
con mi libro y una breve presentación escrita en folios, por si me quedaba “en
blanco”. A veces lo que más tememos resulta, al final, mucho menos temible. Es
más, los momentos que pasé en aquella librería tan acogedora, rodeada de algunos amigos esperados y otros inesperados,
y de otras personas con quienes me sentí como “en familia”, fueron
extraordinarios, al menos para mí. Había una atmósfera especial que fuimos
creando entre todos, en que las palabras fluían con facilidad y en la que
muchos participaron con preguntas y comentarios al concluir la lectura. También
Trapiello resultó un extraordinario acompañante que conoce bien el haiku, por
lo que ilustró el tema de una forma muy precisa y amena. No olvidaré
nunca la calidez que encontré entre esas paredes repletas de libros, entre
conocedores del haiku, como José Cereijo, Jesús Munárriz, Ricardo Virtanen,
Manuel Díez Orzas, Isabel Pose, Emilio Gavilanes, y otros entrañables amigos y habituales
de la librería, así como su atenta anfitriona, Lola Larumbe. A todos ellos, mi agradecimiento.
Dejo aquí uno de los inéditos que recité:
Saqué del
agua
a la
avispita muerta,
… y estaba
viva.
(fotografía: Gabriel Alonso)