VECINOS
Aunque
evite encontrarlos
al
subir o bajar por la escalera
y
alteren con voces y ruidos
mi
precario sosiego. Aunque me invadan
sus
humos y sospeche que sus lenguas
me
critican y que sus cautos ojos
alguna
vez me acechan
por
puertas y rendijas, me perturba
el
silencio que dejan tras de sí
cuando
un día se ausentan y parece
que no
habite la vida entre estos muros,
y que
esas plantas que abandonan
al sol en
sus terrazas, languidezcan
de sed
y soledad, igual que yo
cuando
me asomo, ociosa, a la ventana,
añorando,
en secreto, su regreso.