FEBRERO HELADO
Qué lástima no ser una mesa
de cordial corazón hospitalario,
en este restaurante, un día tan frío,
con la nieve al acecho como loba famélica.
Arroparse con el calor de los manteles
y con los platos humeantes, con el vino
de la fraternidad. Qué lástima
no ser morcilla destripada,
tocino en la sartén, dorándose
y retorciéndose,
crepitando y fundiéndose en los brazos solares
del aceite. Qué lástima no ser
cenicero de cálidas cenizas.
Vivir en el acogedor reposo de lo inerte,
no en esta carne trémula, aterida,
a la intemperie por más que intenta arder y cobijarse
-aunque sin convicción, sin esperanza-
en la casa sin lumbre del poema.
(JL Parra, 2006)
* * *
(poema publicado en revista Areté [3] - Oviedo, 2019)
(fotografías: Susana Benet)
Precioso. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarUn abrazo!
Parra era capaz de hacer poesía sobre cualquier motivo, aunque no fuera precisamente poético. Besos
ResponderEliminarMagnífico
ResponderEliminarGracias, Glosador!
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