FIN
Traducido de Ada Negri
La rosa blanca, sola en una copa
de vidrio, en el silencio se deshoja
y no sabe que muere y que la miro
morir. Uno tras otro se desprenden
los pétalos; intactos, impolutos.
Uno al lado del otro, con un toque
leve, se van posando y se quedan, dispuestos
por si un prodigio los reanima y los
devuelve, aún vivos, cándidos aún,
al tallo despojado. Así siento caer
sobre mi corazón los días de mi tiempo
fugaz: intactos; y el corazón quisiera,
y no puede, volver a componerlos
en una rosa nueva, sobre un tallo más alto.
5-VI-2012
(de: Átomos y galaxias - Poesías Completas 2019 - Edit. Renacimiento)
(fotografía: Susana Benet)
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