MI HAL PRIVADO
También en mi cerebro habita
un HAL que me confunde. Genera fantasías en los secretos circuitos de mi mente.
Me hace sentir como reales sus propias obsesiones. Son historias de terror de
las que no puedo escapar. Presencias que amenazan frías estancias, ascensores que se cierran e
impiden la salida. Miradas sospechosas tras ojos inocentes, secretas
intenciones que ocultan las palabras. Instantes en que nada parece inofensivo.
Temor de subir al tren en un andén equivocado. La inminencia de un desastre
tras la aparente calma. Pasos que me persiguen por calles desconocidas. La
sospecha de haber dejado la puerta mal cerrada, la llave del gas abierta, un fogón encendido. Este HAL me subyuga, juega conmigo y siempre gana. También
en el amor me desorienta lanzándome a
imposibles aventuras. Me aturde con pasiones inventadas, con viejos argumentos
de novela. Convierte en seductor al más cretino. Embellece palabras en bocas
ignorantes. Tiñe las miradas limpias de malsanas intenciones y transforma en seductora
la voz más neutra. No logro controlar a este HAL que me domina, desconectarlo y
que no enturbie mi vida con frenéticas ficciones que inventa para mí. Tal vez
algún día me sorprenda incitándome a actuar con sensatez, incremente mi dosis de
razón y buen sentido, me muestre el mundo sin falsos escenarios de comedia, libre de enigmas y de intrigas. Pero pienso
que el mundo entonces será más aburrido. Eso es lo que opina HAL cuando se
siente amenazado e inmediatamente activa sus circuitos más tentadores.
(imagen: "2001, una odisea del espacio")
Que ese elemento extraño que aporta al relato misterio y fantasía, sea benevolente y deje sitio siempre a la amistad. Un abrazo de sábado, querida Susana, y feliz fin de semana.
ResponderEliminarGracias, José Luis. Hace poco volví a ver "2001..." y me volvió a fascinar. Tal vez por eso he rescatado del pasado este relato sobre lo condicionada que tenemos la mente normal-mente. Besos,
ResponderEliminarjajaja, yo me he llevado al hermano de Hal conmigo. hacemos lo que podemos por llevarnos bien, y he conseguido que no siempre gane...si no volvería todos los días a casa a comprobar que he cerrado con llave.
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