SONORA MAÑANA
He sentido cantar en la terraza
las margaritas blancas, amarillas,
junto a la jaula en que dos periquitos
entrelazan sus trinos verdiazules.
Un silbido de sol cruza las hojas
rumorosas del árbol y hasta el gato,
al estirarse, traza sobre el aire
la nota musical de su maullido.
(fotografía: Susana Benet)
Un poema muy vitalista. Se agradece ese aire de primavera. Muy bonito.
ResponderEliminarUn abrazo!
Gracia J.A. Ya sabes que para mí el otoño es una segunda primavera, y este año con más motivo... porque el verano no acaba de marcharse. Besos
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