FOTO
EN UN PISO VACÍO
Me
pongo melancólico al pensar
en
mi condición de ídolo caído,
en
todas las señales
de
una vida en común evaporadas,
en
las fotografías
de
un amor que, esta vez sí, era el definitivo
ahora
ocultas, confinadas
en
lo lejano y sin futuro,
archivadas
entre las hojas
en
la tumba de un álbum.
Y
me viene de pronto a la memoria
otra
foto (la vi, emocionado,
hace
sólo unos meses),
único
testimonio vivo que aún nos queda
de
la bendita llama que nos dio la vida.
Ardía
silenciosa, corazón habitable
entre
el polvo y el crujido de los muebles,
y
alumbraba la noche de aquel piso vacío.
Aquella
foto enmarcada (¿la recuerdas?) en un estante
de
la pequeña biblioteca.
Allí
seguimos juntos sin desfallecer nunca,
lejos
de nuestra inquina y arrebatos,
amparo
de nostálgicos espectros,
irradiando
verdad conmovedora.
Y
ya no habrá en esa luz tranquila,
aunque
gruñan los muebles la sombra de los años,
ni
alarma ni fatal presentimiento
de
la separación.
(de: Inclinándome - Edit. Pre-Textos, Valencia-2012)
(fotografía: Navidad 98 - álbum familiar)
Qué hermosura.
ResponderEliminarGracias. He querido compartir el poema y esta foto del pasado. Besos
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir tan bello poema. La poesía de J.L. Parra es un buen antídoto para estos tiempos.
ResponderEliminarUn abrazo.
A Parra le gustaba la primavera. Pero no le habría gustado el confinamiento. Besos,
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