El pasado sábado, día 28 de septiembre, acudí a la presentación del libro, homenaje a Antonio Cabrera, Luz a ti debida, en la librería Ramón Llull. Como era de esperar allí se reunieron muchos amigos, admiradores y miembros de su familia. Fue un acto emotivo. También yo deseo ofrecerle aquí mi personal homenaje con un poema, encontrado al azar, de su libro Corteza de abedul, porque Cabrera, en este poema, vuelve a correr sobre los caminos que tanto amaba.
HOMBRE QUE CORRE
ESTA neblina gélida golpeándome la frente
tal vez sea un espíritu,
pero yo la percibo como efluvio
de la ribera. No me uno
a nada. Corro en paralelo
con zancadas muy pobres.
Las permanencias mudas
-que son flores dormidas
y agua grasienta en los arcenes
y gris celaje y árboles y frío-
se van quedando a un lado.
Estampa desenmascarada, el mundo.
Lo doblego con sólo hacerle caso
al vaivén de mis piernas,
al modesto compás
de lo que soy.
Qué gran poeta fue Antonio Cabrera. A menudo vuelvo a sus textos pues sé que en ellos encuentro auténtica poesía. Muchas gracias por compartir y por el homenaje tan merecido.
ResponderEliminarLa suya, como tú dices, es poesía auténtica, por eso da gusto volver a ella. Besos
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