EL SUEÑO Y LOS GOLPES
En el sueño llamabas a la puerta.
Obstinada en la noche del invierno
tú gritabas mi nombre
con la urgencia del frío,
mas al abrirla, madre, entró la luz
intacta del principio en tu mirada.
Y las aguas fluyeron por su cauce
y en las tierras de un daño que germina
había cercanía y juventud,
crecía la arboleda en su esplendor,
llegabas en la noche con mi abrazo,
y era el aire del mundo
tiempo
y plomo
sobre tu fatigada plenitud.
* * *
(de Llegar a
casa – Edit. Renacimiento, 2019)
No hay comentarios:
Publicar un comentario